** Entrevista realizada en marzo del 2008, durante la grabación de "Litoral", su último trabajo realizado en Chile.

Durante la semana pasada el gran Raúl Ruiz visitó la quinta región. Estuvo durante dos días filmando en el paseo Wheelright de Valparaíso, otro tanto en el interior y luego partiría a Francia e Inglaterra, después quien sabe a dónde. Por supuesto nadie se enteró. 

El cineasta más importante nacido en Chile hace 67 años sigue siendo un referente del cine mundial y un casi completo desconocido en su país. Porque acá (descontando del público a cinéfilos, intelectuales y los snobistas que nunca faltan), recién se le conoció un poco por la exhibición de “La recta provincia” en TVN durante el año pasado, su primera aparición en la televisión abierta en más de 40 años de carrera. Y también se le recuerda otro tanto por el estreno de “Palomita Blanca” en 1992, una cinta que en todo caso es más famosa por haber estado casi 20 años perdida o por la novela de Enrique Lafourcade. Pero nada más.
En Europa en cambio y en países como México o China, por nombrar sólo algunos, su trabajo es admirado con fervor. Ha sido homenajeado y su obra premiada en diversas épocas y lugares. Y se pasea por el mundo participando en Festivales como jurado o Director, escribiendo guiones, leyendo mucho, dictando conferencias, juntándose con los amigos y por supuesto filmando.

Un director con una capacidad desbordante, realizador de obras con presupuestos millonarios y a veces como puede, como él mismo ha señalado. Desde 1964 lleva más de cien producciones en el cuerpo entre cortos y largometrajes, documentales y ficción, cine y digital. Ha dirigido a figuras de la talla de Marcello Mastroianni, John Malkovich y Catherine Deneuve pero no se hace problemas con actores no profesionales. Mientras tenga una idea en la cabeza y una cámara no hay problema. Poseedor de una imaginación privilegiada, capaz de improvisar el guión entre una escena y otra, o más increíble aún, entre una toma y otra, como pudimos apreciar durante su trabajo en la costanera de Valparaíso, mientras se paseaba tranquilamente por el set con las manos en la espalda. Y fue entre una de esas pausas que nos miró y nos dijo “ahora es el momento”. Sentados frente al mar y con el solcito pegándonos en la cara comenzamos a conversar.

¿Don Raúl, qué anda haciendo por Valparaíso?
He estado tres días en Valparaíso realizando unas escenas con el mar. El punto de partida era una serie de recuerdos que yo tengo de parte de mi familia que son muchos marinos, leyendas, cuentos, chistes y tallas; armé con eso una estructura muy poco lineal, es una relato sobre marineros que se van contando historias en un barco aparentemente fantasma del cual no se sabe mucho, no parece ser muy fantasma porque es un barco muy real pero de alguna manera todos los barcos son fantasmas. Estamos hablando de “Litoral”, que podría verse como la continuación de “La recta provincia” aunque es algo totalmente distinto.

¿De dónde viene esta fascinación por los fantasmas, recurrentes por lo menos en sus últimos trabajos realizados en Chile?
No es tanta la atracción por el tema de los fantasmas pero todas las películas están condenadas a la larga a ser películas fantasmas porque se van a morir todos los actores. Yo me crié con historias de fantasmas, por parte de mi madre mis abuelos son campesinos de la zona central y por el lado de mi padre son chilotes, pescadores; estamos hablando de tiempos en que no había televisión y había que amoblar las noches contando historias, sobre todo las largas noches de invierno.

¿Hay alguna relación entre “Litoral” y “Las tres coronas del marinero” (1982)?
Es casi un remake, casi porque no hay un marinero sino que hay varios marineros que se van contando historias, son chilenos y entonces no ocurre en cualquier parte el mundo, pero de alguna manera es volver a visitar esas viejas historias.

¿Quedó conforme con la exhibición de “La recta provincia” en televisión abierta?
Si porque viendo como pasaron las cosas es casi un milagro que una cosa tan atípica como esa pueda pasar en la televisión aunque sea a medianoche. Las cosas que pasan en televisión tienen una cierta retórica que es propia de la televisión. Este trabajo no es que fuera muy intelectual ni muy difícil, es simplemente muy campesino. De hecho la gente a la que le interesó más la película era gente campesina o gente que había vivido en el campo, que pasaba sus vacaciones ahí.

¿En que otro proyecto está metido actualmente?, es común que usted trabaje obras en paralelo, algunas no las termina…
No, termino todo, las únicas que no terminé fueron acá en Chile porque en aquellos años era imposible terminar una película. Llegando a París la semana próxima tengo que mezclar “Nucingen”, una película que hice acá el año pasado y nadie se dio cuenta que estaba filmando lo que fue muy simpático, trabajé con actores conocidos como Jean-Marc Barr (“Azul profundo” de Luc Besson, 1988 ) y Laurent Malet (“Querelle” de Fassbinder, 1982). Una película que ahora recién voy a terminar porque tuve que hacer otras cosas y luego empiezo a rodar otra en Inglaterra. Entre medio hice unas películas un poco experimentales en Escocia, entre ellas “Amnesias de invierno”, son películas chicas; y además tengo que hacer una más grande, “Sacher Masoch”.

¿Por qué sigue costando tanto ver sus películas por acá?, a pesar del auge de lo digital no ha llegado ni la cuarta parte de sus trabajos…
Bueno es así, Chile es el patio de atrás de Estados Unidos y todas las películas que puedan llegar acá tiene que pasar primero por allá y ellos no se interesan por todas las películas.

¿Alguna vez tuvo ofrecimientos para trabajar en Hollywood?
Hice una película ahí, “Chattering image” pero no me gusta trabajar con los norteamericanos. Son muy simpáticos, entusiastas, “tira pa´rriba” como decimos acá, pero están muy obsesionados con el éxito y yo no, me interesa sí pero no es la prioridad.

¿Va seguido al cine?
Mucho, pero ahora yo prefiero ver películas en DVD, las viejas obras que todavía tienen algo que enseñarme, las nuevas no me enseñan nada.

¿Hay algún director actual que le interese?
No

¿Y en relación al cine chileno?
Me interesan algunos pero como chilenos; José Luis Sepúlveda (“Pejesapo”, 2007) es realmente interesante, ahora, no estoy muy seguro si él sabe lo que hizo pero es muy interesante. He visto también algunas cosas de José Torres Leiva (“Obreras saliendo de una fábrica”, 2005).

¿Qué piensa del Manifiesto Nueva Sangre?
Están creándose limitaciones y la verdad es que eso me cae muy antipático, gente que con todas las limitaciones que ya hay, se estén creando limitaciones nuevas me parece simplemente suicida.

¿Piensa lo mismo del movimiento DOGMA?
Es que DOGMA es un chiste y siempre lo fue, reconocido por Lars Von Traer y los otros. Eso fue una caricatura de lo que la nueva ola francesa trató de hacer pero en serio, porque había una serie de normas: cámara en mano, la música debe venir de los lugares naturales, el punto de cámara de un espectador medianamente bien ubicado; eso lo usé yo en “Tres tristes tigres”.

Volviendo a su obra, ¿qué le parece que después de casi treinta años sin filmar en Chile, trabajos suyos como “Cofralandes” (2003) o “Días de Campo” (2004) sean considerados lo mejor de la producción nacional en mucho tiempo?
Es triste porque significa que el cine va mal, pero no es sólo en Chile, en el mundo también. Un amigo francés, un crítico de cine muy conocido en Francia, me decía “mira, las mejores películas del año pasado fueron la de Manuel de Oliveira, la de Godard, la de Rohmer, la de Rivette y la de Chabrol; promedio de edad: 82 años; métete tú a ver si bajamos”.

¿Vio “La vida de los otros” (Florian Henckel von Donnersmarck, 2006)?
Si, me pareció terrible, triste, puede que cinematográficamente sea mediana pero es interesante, triste para los que peleamos por esas cosas.

¿Cuándo podremos ver “Litoral”?
Es difícil saber, yo creo que a final de año. Yo la entrego en Septiembre.

Va a emitirse parcelada como “La recta provincia”
Si, aunque es una película completa al igual que esa; de hecho, “La recta provincia” se pasó entera en el Festival de Roma.

¿Qué impresiones pudo recoger?
Siempre son un poco sorprendentes en Europa pero en Roma funciona bien una cosa y es que los italianos son gente que se interesa mucho en el folklore, no así los franceses.

¿A pesar de que sea folklore chileno?
Es que no es chileno, el folklore no es chileno, es de todas partes, pero no es que las historias tengan origen europeo y se repitan acá, aparecen simultáneamente en todas partes, eso es lo más extraño que tiene el folklore.
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