In memoriam
(Gonzalo Rojas Pizarro 1917 - 2011)

Gonzalo Rojas Palpitando 
Avisó Gonzalo que todo “se puede”
y nos mostró como silenciosa casi
imperceptiblemente respiran las palabras
el aire que nosotros respiramos de
las letras. Avisó
juventud hambre de
vida en su fulgor único
y el animal urgente que es
hay la apuesta de su sangre furiosa.

Avisaron las rojas llamas de Gonzalo
que algo se quema en todos nosotros y es
el impulso que nos echa a andar 
contra la muerte
a favor  del amor y su estallido reproductor o no
lo mismo aquello que se ama cuando se ama
sean o no 300 los amantes
siempre es la misma y única vieja herida oculta que nombró Lucresio:

el hombre y la mujer errando
en la certeza honda y desconocida del deseo.

Avisó enfáticamente como si hubiese cerca un fin
pero no es más que el comienzo terrenal de un
paraíso que nos conducirá a otro comienzo y otro porque
el juego (ya está dicho y escrito) es esto
desde que fuimos hechos al parirnos
la eternidad iracunda y es que 
somo aire        esencialmente aire.

Avisó Gonzalo por todo lo ancho y largo del
lenguaje; “se puede” –dijo
y corrió a esperarnos en el asombro.

Valparaíso, 17 de mayo 2002.
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